El bosque hacia Ciudad Verde se extendia, frondoso por toda la extension que sus ojos podian alcanzar, la mañana era muy agradable, tanto como para solo contemplar el lago que tenia en frente, sin siquiera pensar en perturbar a su amiga que yacia dormida a su lado. El tiempo habia pasado ya, y el pueblo de su Padre ya era una naciente ciudad, pero conservaba su calor caracteristico.
Se estiro dejando un leve suspiro, adecuando su vista al cielo mientras veia a los Pidgeys jugueteando. Por alguna extraña razon disfrutaba estos momentos donde estaba sola con sus amigos. Uno de los pequeños la miro y le dijo: -Como es que nos entiendes a la perfeccion?- a lo cual Tessa respondio:- No lo se, un dia me perdi... Mis padres me buscaron durante un buen rato pero no me encontraron sino hasta que me escucharon hablando con uno de ustedes. Segun Mama, puedo entenderlos, pero no se porque los demas no pueden-.
El Pidgey solo movio su cabeza, y se limito a reir: - En serio ustedes los humanos son raros, pero interesantes- yendose con sus iguales raudamente. Tessa sonrio, al pensar en sus padres y lo que habia heredado de cada uno. Su madre, una reconocida Cerebro Frontera, le habia heredado su intelecto, asi como su inusual habilidad de comunicarse con los Pokemon. Por otro lado su padre, el "viejo", le habia dado su espiritu y valentia, aunque casi no lo veia por su trabajo como Comisionado de la Liga de Kanto. Ambos eran su mayor soporte en su viaje.
No eran perfectos, pero eran los mejores en lo que hacian. Empezo a sentirse soñolienta mientras seguia viendo la copa de los arboles, hasta que una sombra bloqueo su vision. Tessa se limito a sonreir. El Pikachu que la veia felizmente delato la identidad de esa sombra
"Te habias tardado ya, viejo..."
"